Meses de presión: Cuando el perdón no basta y el alma pide libertad
Me llamo Lucía y durante meses mi familia y la de mi marido, Sergio, me suplicaron que perdonara su traición. Entre lágrimas, reproches y silencios, me vi obligada a enfrentar no solo la infidelidad, sino también la presión de quienes decían querer lo mejor para mí. Esta es la historia de cómo, en medio del dolor y la culpa, descubrí que a veces el mayor acto de amor propio es aprender a soltar.