Indeseada en la alegría, imprescindible en el dolor: El precio de ser madre
Me llamo María y hace diez años mi hijo Sergio se casó con Lucía, que ya tenía una hija, Paula. Nunca fui invitada a la boda, aunque siempre los he amado profundamente. Hoy, todos esperan todo de mí, pero me pregunto: ¿hasta dónde llega el amor de madre antes de convertirse en abuso?