Herencia envenenada: El precio de la sangre
La muerte de mi suegra destapó una herida familiar que nunca imaginé tan profunda. La lectura del testamento, en el que mi marido Andrés y su hermana Victoria heredaron la casa familiar, desató una tormenta de reproches, envidias y viejos resentimientos. Entre lágrimas y gritos, descubrí que el dinero puede romper lazos que parecían indestructibles.