El eco de un adiós: La Navidad que nunca llegó
Hace dos años perdí a mi hijo, y desde entonces, la vida se ha convertido en una sucesión de silencios y ausencias. Hoy, mientras preparaba la cena de Nochebuena para mi nuera Lucía, un simple bote de mayonesa me hizo enfrentarme a todo lo que he perdido y a lo que aún puedo salvar. Entre recuerdos, reproches y la esperanza de reconstruir una familia rota, me pregunto si alguna vez podremos volver a sentirnos completos.