La herencia envenenada de la abuela Carmen
Mi suegra Carmen nos propuso un trato que cambiaría nuestras vidas: entregar nuestros ahorros a cambio de que el piso familiar pasara a nombre de nuestra hija Lucía. Lo que parecía una solución perfecta para el cuidado de nuestra hija se convirtió en el epicentro de una tormenta familiar, donde el dinero, la confianza y los secretos salieron a la luz. Ahora, me pregunto si alguna vez podremos volver a ser una familia unida.