Después de la boda, descubrí que mi marido solo escucha a su madre: ¿cuándo dejé de ser yo misma?
Me casé con Daniel creyendo que el amor bastaría, pero pronto supe que su madre, Carmen, era la verdadera dueña de nuestra vida. Vivir bajo su techo me hizo perderme a mí misma y cuestionar cada decisión. Ahora, miro atrás y me pregunto en qué momento dejé de luchar por mi propia voz.