Cuarenta y ocho años de silencio: La vida que nunca viví
Toda mi vida la dediqué a mis hijos y a mi familia, encerrada en una rutina que nunca cuestioné. Solo al cumplir los 48 años, cuando mi hija menor se fue de casa, me di cuenta de todo lo que había dejado atrás: sueños, amistades, y mi propia identidad. Ahora me enfrento a la pregunta más difícil: ¿quién soy yo fuera de ser madre?