La verdad bajo la piel: El día que descubrí quién soy
A los 65 años, creí que ya nada podría sorprenderme. Pero una carta olvidada en un cajón y una conversación incómoda con mi hermano cambiaron mi vida para siempre: descubrí que no era quien pensaba, que mi sangre era española y no la de la familia que me crió. Ahora, busco reconstruir mi identidad y entender si alguna vez fui realmente yo misma.