«El Arrepentimiento de una Madre: Las Lágrimas de Ana y el Silencio Implacable»
La suegra de Ana, la señora García, siempre había sido una presencia desafiante en su vida. Desde el principio, nunca aprobó a Ana, pero su reacción al nacimiento de la hija de Ana dejó a todos incrédulos. La señora García insistió en que Ana y su hija abandonaran su casa, convencida de que su hijo merecía algo mejor que lo que percibía como una traición.