Año tras año, mis suegros invaden mi vida
Mi vida con Mariana parecía perfecta hasta que sus padres, Don Ernesto y Doña Silvia, comenzaron a cruzar todos los límites. Entre visitas inesperadas, opiniones no solicitadas y fiestas familiares donde nunca faltaban, mi paciencia se fue agotando. Ahora me pregunto si el amor puede sobrevivir cuando la familia política se convierte en una sombra constante.