El día que mi familia se rompió como mi coche
Dejé mi coche a mi madre para ayudarla, pero ella se lo prestó a mi hermano, quien lo destrozó. Ahora, además de enfrentar el coste de la reparación, tengo que lidiar con el silencio y el orgullo herido de mi madre, y las promesas vacías de mi hermano. Me pregunto si alguna vez podremos volver a confiar los unos en los otros.